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Mi Opinión Sobre Eduardo Arcos

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(Foto tomada por JS Zolliker)

La historia y la reputación de Eduardo Arcos no es ninguna leyenda. Su track record es bastante público. Arcos ha tenido problemas con un alto porcentaje de la gente que lo ha rodeado y conozco personalmente a varios de ellos. Muchos, a diferencia de él, han preferido callar y dejar pasar, al igual que yo lo hice desde que lo conozco, sus desplantes públicos y privados. Me había acostumbrado a culpar a su juventud, a su espontaneidad y a sus impulsos, y sé que varios de nosotros optamos por lo mismo. Sólo que ahora Eduardo tiene 30 años y es un ser adulto y como todos los adultos, tiene que hacerse responsable de sus palabras y sus actos.

Esta vez me ha afectado en lo personal y esta vez me ha causado una enorme tristeza. Esta vez han habido bajas y 3 personas cercanas a mí (pero más de él), de repente y sin explicación, dejaron de hablarme. Esta vez me he puesto a pensar y a reflexionar sobre los lazos de la amistad que alguna vez creí que teníamos. Esta vez me ha abierto los ojos y esta vez se lo quiero agradecer públicamente.

Recordé muchos años de un largo recorrido que empezó en el 2002 cuando llegué a Noiselab. En ese entonces, Eduardo tenía 23 años. Era una especie de wiz kid, Apple fanboy y un amante del buen diseño. Tuvo la fortuna de estar en una de las compañías que han forjado un camino indeleble en la música en México. Y sobre todo, tuvo la suerte de tener de mentor a Héctor Mijangos, una de las personalidades más importantes de la escena mexicana. Noiselab era un laboratorio donde se respiraba talento, creatividad y muchas ganas de hacer cosas… y hacerlas bien. Por eso decidí invertir dinero en esa empresa.
Pero eso es otra historia y divago.

Yo estoy muy orgulloso de esa etapa de mi vida en la que fui socio de esa empresa y que me permitió expander mi talento creativo. Y al asociarme, me convertí de-facto en el jefe de Eduardo hasta el día en que renunció por diferencias irreconciliables con el mismo Mijangos. Pero eso es otra historia y divago… de nuevo.

Y es que, para los que no lo sepan aún, yo fui un testigo y un referente muy cercano del desarrollo de Arcos en las facetas que le conocemos hoy en día. Sino pregúntenle ¿quien lo apoyó y lo albergó en sus oficinas en México (sin pagar renta e infraestructura) cuando empezaba Hipertextual? ¿Quien le dio trabajo a Ximena, su ex-novia ecuatoriana, y le pagó y tramitó su estancia legal en México? ¿Quien fungió como su aval legal y financiero para que pudiera alquilar su apartamento en México? ¿Dónde guardó y apiló todas las foneras que había importado de España? Y mi favorita: pregúntenle ¿dónde se hospedaba cada vez que iba a Madrid del 2006 al 2008?

¿Divago de nuevo?

Las respuestas a todas esas preguntas (si Eduardo no les miente como suele hacerlo) apuntarán hacia un servidor. Esa era mi manera de ayudar a un amigo, en un país que no era el suyo, sin familia, trabajador y con ganas de comerse al mundo. Sólo que… algo cambió en ese joven ecuatoriano. Se volvió egoísta. Arcos jamás correspondió al sentido desinteresado de una amistad. Peor, se volvió cobarde: aún mientras trabajaba para Dixo, había accedido a trabajar con mi competencia (Jambitz), inclusive hasta coincidimos y se hospedó varias noches en mi apartamento de Madrid y no fue capaz de mencionarme ese ‘pequeño’ detalle (detalle que en nada hubiera cambiado mi amistad con él pero que demuestra la clase de persona que se ha vuelto). Se volvió conflictivo. Se volvió incongruente. Se volvió soberbio. Se volvió intolerante. Se volvió una amenaza… y simplemente se volvió un ingrato.

En fin, ¿por qué menciono todo esto?

Porque me es imperativo mantener mi distancia y evitar ser relacionado con él.

Y porque no aprecio a los mentirosos y menos a los mitómanos. Afectar la reputación de ciertas amigas, como lo ha hecho, es una acción ruin. Él sabe perfectamente a qué y a quienes me refiero.

Y porque en más de una ocasión a punto ha estado de hacerme perder amistades a causa de su irresponsabilidad profesional.

Y porque no acepto que maltrate, insulte o critique a mis amigos y/o a mis socios y polarice las situaciones a su favor mintiendo, manipulando y haciéndose una víctima. Salami Tactics à la Arcos, su especialidad y estrategia favorita. Hoy en día, Sun Tzu sería su pupilo.

Y porque no admito que le escupa en la cara a las compañías (mías: Noiselab y Dixo. Otras: Jambitz) que le dieron trabajo y que le permitieron crecer y expresarse sin ningún tipo de censura (aunque diga lo contrario en twitter o sus blogs).

Y porque no soporto que se ponga de diva indignada cuando hablan de él, y más cuando él mismo publica mails confidenciales, critica a la gente en privado y se burla de otros en streamings en vivo.

Y porque no necesito tener a un amigo que permite la publicación de posts antisemitas, racistas e incendiarios que solo provocan ataques discriminatorios, todo por levantar polémica oportunista y llevar tráfico a su sitio.

Y porque ya no me apetece alimentar y solapar personalidades ególatras, narcisistas y ávidas de falso cariño y reconocimiento público.

Y por que yo no le debo absolutamente nada a él, y por que simplemente no quiero que me relacionen más contigo, te pido Eduardo, que mantengas tus inseguridades, tus incongruencias, tu ingratitud, tus mentiras y tu persona alejados de mi y de mis intereses.

Y me duele, pero es necesario decirte que ya basta. Y me duele más por los amigos que tenemos en común, aunque en realidad, muchos de ellos no te respetan y otros solo te toleran por miedo a que te presentarás como la eterna víctima… de los trolls, de los envidiosos, de los ‘anti-sudacas’, de los cylons, del universo.

Seguramente habrán más bajas. Ni modo. Prefiero mantener tu mala vibra convenenciera, tu naturaleza egoista, tus alardes fanfarroneros, tus mentiras aceptadas y tus manipulaciones victimistas lo más alejados de mí.

Y esto no es un ataque Ad Hominem. Te conozco demasiado bien. Yo con hechos y con acciones he demostrado que lo mío es real. Me da tristeza ver que ha llegado el momento donde has pasado una línea ya de por si delgada a pesar de mi ceguera. Esa línea real y ética que tienen amigos en verdad. Y esta vez, no me quedaré callado. Y justamente por que yo no te debo nada a tí, me doy todo el derecho de mostrar mi lado de la historia. Yo, a diferencia de ti, no busco la notoriedad, ni followers en twitter, ni amigos en mi facebook. No lloriqueo para que los lame-huevos me den una palmada en la espalda. Y sobretodo, no me pongo en calidad de víctima para que la gente me diga que me quiere. ¿No ves lo patético que es eso para la gente que te conoce?

A partir de ahora, no te defenderé ni te apoyaré. No contarás más con mi silencio para la re-escritura arbitraria de tu vida, es decir, seré implacable cuando inventes y/o reiteres alguna mentira de tu historia y/o de cualquier anécdota que yo sepa que no sea verdadera.
Y si yo me atrevo a hacerlo de esta manera y sin seguir tu código à la Arcos (que, como consecuencia de tu incoherencia, ni tú mismo sigues), es porque yo no tengo que hacer las cosas como tu quisieras, y porque después de tus repetidas traiciones, tengo todo el derecho a hacer público lo que tu has hecho al atacarme en la trastienda y por debajo del agua… porque me puedes escupir 1 vez, 2 veces, 3 veces y hasta 9 veces, mierda… en tu caso me escupiste 19 veces, pero a la vigésima me lo tomé personal.

Simplemente ya no confío ni confiaré nunca más en ti. Esperaré con paciencia tu contrataque de adolescente puberto (que no sé aún porqué tendría que llegar, pero que conociendote, seguro llegará), y por el momento te responsabilizo de cualquier ataque DDOS a cualquiera de mis sitios, de cualquier secuestro de mis cuentas de email, de cualquier uso indebido de dominios (tu sabes cuales), de cualquier hack a mis cuentas de cualquier Social Media, de cualquier publicación de información confidencial que me concierna y/o de cualquier comportamiento bizarro que me pueda encontrar.

Pagaría por ver la cara de Martin Varsavsky cuando reciba (a mi costo) las foneras que dejaste abandonadas en mis oficinas.

When you’re the victim, it’s black or white; when you’re the perpetrator, there are NOT a million shades of gray… and you are no Steve Jobs.

Tu ex-amigo,

Dany Saadia

Socio Fundador de Dixo
Socio Fundador de Substance
Socio Fundador de Fábrica Interactiva Films
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P.S. “Quand on voit ce qu’on voit et on entend ce qu’on entend, on a bien raison de penser ce qu’on pense” (Tu amigo Loic te lo puede traducir).