January 2014

¿Conoces a tus personajes?

“Es bueno saber que uno de los significados vigentes de la palabra en inglés character (‘personaje’) es el de señal o marca que se imprime, como una letra del alfabeto (‘carácter’), pues refleja el posible origen de la palabra: del griego Kharaktér, un estilo afilado o la marca de unas incisiones del estilo. Character también quiere decir ‘ethos’, una actitud habitual ante la vida.”

Son palabras del crítico literario Harold Bloom -sacada de su genial “Genius: A Mosaic of One Hundred Exemplary Creative Minds“- que nos sirven para abrir otro de los caminos alternativos para arrancar a escribir tu historia.

Este post está inspirado en “Inside Llewyn Davis” de los hermanos Coen quienes como dice mi buen amigo Alejandro Alemán: “van en dirección opuesta a las convenciones del género donde la vida del protagonista sirve como inspiración (y aspiración) para un público siempre ávido de historias edificantes“.

Como guionista, hay ocasiones en las que no tienes claro el storyline pero sabes perfectamente cómo va a ser tu personaje. Sabes de dónde viene, quién es, lo que quiere, porqué lo quiere y a que está dispuesto para conseguirlo. En estos casos, la historia fluye con facilidad y el personaje bien definido te lleva de la mano a través de sus transformaciones. Te puedes sorprender incluso con que tu personaje se niegue a que lo lleves a lugares que no está en su destino visitar.

Otras veces te encuentras en la vida personajes worth-a-movie. La frase ‘la realidad supera a la ficción’ alcanza su pleno significado en la infinita riqueza y singularidad de sujetos que nos encontramos en la vida. Son verdaderos personajes, dotados de dimensión, contradictorios y complejos como debe de ser con la naturaleza humana. Cuánta más gente conozcas más cuenta te darás de lo inagotable de la fuente de la que puede beber tu creatividad. Hay que hacerlo sin rubor. Ya lo decía Ralph Waldo Emerson: “sólo los inventores saben tomar prestado

Y no estoy hablando de las películas género biopic –sean o no famosos sus protagonistas- o del género based-on–a-true-story, me refiero a todos los géneros y al hecho de en la mayoría de las películas los personajes han brotado del entorno de sus creadores, y de estos personajes, sus historias.

Para muestra un botón, y ya que está de tan de moda Martin Scorsese, ¿recuerdan esta maravilla de escena de Goodfellas?

Bien, pues ese mismo lío lo montó en realidad un conocido del barrio de Joe Pesci. Y Pesci le pidió a Scorsese que la incluyera en la película. Scorsese, previendo la tensión que Pesci iba a ser capaz de lograr –con magistral improvisación en muchos momentos- lo rodó con tres cámaras para no perderse las reacciones del resto de los actores. Atentos a las caras de todos.

Lo que daría por conocer al cabrón en el que se inspiró Joe Pesci. Y lo que daría por conocer las mentes de los Hermanos Coen. Someday.

Yuri se suma a Just in Life

Vamos desde el principio. Yuri es el alias de Toni Cantó, un divulgador científico español de primera línea. Es autor y editor de LA PIZARRA DE YURI, uno de los blogs científicos de consulta y entretenimiento más populares en España, que acabó siendo integrado en la versión digital de un periódico de tirada nacional.

Sus posts sobre la crisis del accidente nuclear de Fukushima o sus entrevistas (entre la que destaca la exclusiva con Kostya Novoselov, premio Nobel de Física 2010 por sus experimentos con grafeno) fueron un éxito de visitas. Por eso, la editorial española SILENTE publicó un libro con las mejores entradas de su blog.

Nuestras conversaciones en Valencia nos llevaron a descubrir una pasión compartida -los viajes en el tiempo- y la bebida que las acompañaba (vino, cervezas y otras bebidas alcohólicas) nos llevaron a arrancar un compromiso: escribir sobre los viajes en el tiempo desde todos los ángulos posibles y publicarlos en el blog de Just in Life, mi nueva película que va de… viajes en el tiempo.

La mirada de Yuri es multidisciplinar (física, química, aeronáutica, astronomía, historia, etc.) y tiene un talento único para desarrollar cualquier idea, por compleja que sea, de manera accesible y amena.

Los viajes en el tiempo harán más sentido. Ya verán.

La idea controladora

¿Tienes algo que contar? Que el crimen no paga (ejemplo: The Wolf of Wall Street (ya hablaremos más de esta película)), que el crimen siempre paga (Mercury Rising), que merecemos una segunda oportunidad (La Viuda de Saint-Pierre), que creemos que no merecemos una segunda oportunidad (Leaving Las Vegas), que el fin justifica los medios (A Time to Kill) o que el fin no justifica los medios (Watchmen).

Si tienes una respuesta a esa pregunta, tienes ante ti otra manera construir una historia que acabe en película.

A “eso” que quieres contar, Robert McKee lo denomina la idea controladora, el significado último de la historia. Yo lo llamo el “tema” de la película. Muchos escriben guiones completos y cuando acaban se encuentran de golpe de qué va la película. Otros muchos encuentran el significado de su película cuando un crítico la destripa. Y otros tantos no llegan a descubrirlo nunca.

Lo que planteamos aquí hoy es escribir la historia a partir de su significado. Se trata de hacer ingeniería inversa con tu imaginación: teniendo en mente compartir con el espectador tu visión sobre ese tema en particular construyes, a través de la acción y de la emoción, la historia. Y no al revés.

Dices, por ejemplo, quiero abordar el peso del destino en el amor. Y a partir de ahí le das vueltas a situaciones y personajes hasta que, por ejemplo, se te ocurre contar la desventura de un chico que se enamora el día ANTES de subirse a un submarino. Y no al revés.

Es otra forma de abordar el proceso creativo mimetizando la técnica de la escultura para el cine: construir un esqueleto de hierro antes de moldear la arcilla. Esta metáfora se la debemos al maestro de Tarkovski, Mijail Romm, quién además añadía que “por fino que sea el modelado y la terminación de la obra, el armazón debe ser robusto, sólido, tosco y de una precisión sin defecto”.

Cuanto mejor sea la idea controladora, mayor será el potencial de la historia que mane de ella. Lo comprobé hace poco con un tema que me apasiona -la imposibilidad de cambiar los acontecimientos en el tiempo- y descubrí que la historia se escribía sola… (bueno, sola, sola no; alguien tenía que encender la computadora :))

Ya habrán adivinado que los ejecutivos de Hollywood no son grandes amantes de los significados y que si los espectadores que llenaron las salas para ver Iron Man 3 no han captado lo que quería transmitir su autor… les vale madres. Así que un consejo: si construyen su historia a partir de una idea controladora ni la mencionen cuando hagan el pitch.

Para el próximo post recorreremos otros dos caminos alternativos del proceso creativo: los personajes y la atmósfera